Al parecer los chismes tienen un spray de pimienta incorporado y en caso de que se un ladrón manipule las ranuras del cajero para desmontarlo y robarlo se dispara el spray, cegándolo y auturdiéndolo hasta que llega la policía. El problema fue que mientras unos técnicos hacían el mantenimiento habitual el spray se disparó, cegándolos y aturdiéndolos hasta que los llevaron al hospital.
El bonus WTF es que en sudáfrica roban los cajeros automáticos reventándolos con explosivos; hubo más de 500 robos con esa técnica el año pasado.

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